ASADO

Carlos y Enzo están sentados en sillas de plástico mientras Oria y Gaby están tendiendo el asado.

Hoy tendremos asado de pollo (como dicen los argentinos) o parrillada de pollo (como dicen otros latinos) o BBQ Chicken (como dicen los gringos) para cenar.

Como es normal, los sentaditos no trabajan ni ayudan pero son expertos en opinar muy pero muy bien. Gaby reparte las brasas mientras Oria se ocupa de asar el pollo.

Puesto que el alemancito y yo ya teníamos calentado la sopa, me acerqué a la parrilla para tener una idea de cuánto más había que esperar.

Oria, sudada de estar tan cerca del fuego, voltea una pieza de pollo y se nota que la había dejado demasiado tiempo. “¡Estas quemando el pollo, boluda!” opina Carlos. “¿Vos que crees?” – Oria le mira con enfado – “¿que YO no lo he visto, bo-lu-do?”

Hay un poco de mosqueo pues se ha tardado mucho a empezar la hoguera. En algún rincón de la Finca Tatin, se encuentra Martin llorando. El había prendido el fuego de la parrillada, pero Oria le reprochó pues no había puesto suficiente leña. Me piro a la cocina antes que me metan al lio.

Empieza a chispear. Carlos y Chris corren a buscar hojas de zinc para proteger el fuego de la lluvia. Hay un olor riquísimo de pollo asado en el aire, hasta los perros están salivando y meneando sus colitas.

En la Casa Grande están 16 huéspedes, franceses, daneses, catalanes, vascos, gallegos (curiosamente no hay gente de Madrid), todos con una cosa en común: Muertos de hambre, nos echan miradas feas como que demandando: “¿Donde coño esta nuestra comida?”

Ciao 4 now

~ Paulo ~