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Tuesday, 15 September 2009

MÁS ISRAELÍS.

Antes los evitaba pues me caían mal, ahora cualquier chance de conocer a un israelí es una oportunidad, una aventura única.

Es curioso como llenamos nuestras cabezas de limitaciones, de creencias, de prejuicios hacia el desconocido.

Yo había conocido a judíos en otras partes del mundo, no obstante, varios amigos me decían que los judíos eran unas gentes mezquinas, desagradables y asquerosas, por lo cual, yo jamás me acercaba a ellos.

Antes una nacionalidad ignorada, ahora una tribu festejada.

Yo, como ignorante, pensaba que los judíos y israelís eran todos iguales pero poco a poco me he dado cuenta que no es así.

Tampoco los medios ayudaban pues les matizaban como una sociedad cerrada y odiada. Todas las noticias que solía llegarnos eran adversas, en el sentido de que, solo enseñaban a los judíos y israelís invadiendo a los países vecinos y bombardeando a los territorios ocupados.

Pero la verdad es que hay judíos buenos y judíos malos, hay israelís buenos i israelís malos como en todas las razas y sociedades.

Pensaba que todos estaban a favor de la guerra, de las invasiones, de las matanzas. Pero era apenas mi inopia. He conocido israelís que eran pro-guerra, anti-árabes, y súper devotos pero también he conocido otros que odiaban el ejército, el gobierno y la religión.

Tenía claro, desde el principio de este viaje, que iba a conocer muchos latinos y muchos indígenas, no obstante, jamás conté en conocer tantos israelís, y afortunadamente, he conocido a muchos que cruzaron mi camino. He cultivado muchas amistades y me he hizo intimo de otros.

Antes completamente incógnitos ahora sencillamente identificables.

Lo más curioso es que cuando llegan a la Finca, los identifico de inmediato sin que tengan que abrir la boca.

No es por sus vestimentas, unos van de la última fashion mientras otros más tradicionales, ni por sus pelos, unos rubios, otros marrones y otros más negros que el carbón, ni por sus rostros, ¡no! Es por la energía que emanan, la energía que proyectan.

Al avistarlos, me dirijo hacia ellos para saludarles, con una sonrisa esbozada en mi cara. “¡Ya voy mis hermanos!”

Ciao 4 now

~ Paulo ~

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