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Tuesday, 1 September 2009

GALLOS

“¿Otra Gallo, Paulo?” preguntó Gaby

Esta mañana, Yaqui me acercó a la central de buses de la capital, y con un abrazo fuerte y un beso nos despedimos. Pasé un fin de semana fenomenal donde pude disfrutar de la compañía de Yaqui y su hijo, desayunar en La Antigua, pasar una tarde en un hostal de la montaña, logré actualizar mi carpeta de películas, y principalmente una practicante de medicina china y acupuntura me quitó por completo el dolor de oído que llevaba 2 semanas fastidiándome. No me fue posible quedar con Hiram e Irene, pero bueno, ya nos veremos muy pronto ¿cierto brother?

“Mmm. Deberíamos regresar a la Finca ¿no?”, le dije a Gaby pero me miró con ojitos de gatito con hambre. No le pude decir que no. “¡Vale Gaby! Pero que sea la última, ¿eh?”. Sonriendo, pidió dos cervezas Gallo a la mesera.

Me metí al bus de Guate – Puerto Barrios (70 Qz) y pasado dos horas nos detuvimos 15 minutos en un sitio llamado Valle Dorado. Fui al baño y al volver al autobús, escuché mi nombre. Me di la vuelta y delante de mí se encontraba Katja, una alemana que había estado en la Finca hace dos semanas. Ella iba en la dirección opuesta a mí.

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Me he dado cuenta que si uno está viajando en el mismo país más de 3 semanas, reencontrará otros viajeros una y otra vez. Lo que ocurre es que, aunque Guatemala sea un país con un número de hostales y hoteles superior a 5 mil, todos los viajeros terminan quedándose en los mismos 4 sitios. A veces me pregunto cuanta gente voy a reencontrar cuando me vaya de la finca a otras partes de Guatemala. Echemos la culpa al Lonely Planet.

El bus frenó en Puerto Barrios y se bajaron todos los pasajeros. A continuación varias personas se dirigieron al muelle principal para coger la lancha a Livingston. Llamé a la Finca para indicarles que llegaría dentro una hora y Carlos me informó que Gaby ya me estaba esperando en Livingston.

“Ya estamos en la lancha, Carlos”, mentía Gaby en el celular, “Ya nos vamos para la Finca, my loove, mi viiiiiiida!”. Le dio al botón rojo de off y me miró. “¿Otra Gallo? Venga Paulo, ¡ahora si la ultima!”

Empiezo hoy otro mes en la Finca Tatin. Jamás pensé en quedarme tanto tiempo pero me han tratado muy bien. Así que, cuando Carlos me pidió para quedarme, pues Gaby se iba a pasar el mes de septiembre en su país Nicaragua, no podía decirle que no.

Llegando a Livingston, Gaby me vino a buscar de taxi. “¡Entra Paulo!”

“¿A dónde me llevas?”

“Mañana me voy a Nicaragua y no sé si vuelvo”, me contestó Gaby, “Tenemos que chupar unas Gallitos para la despedida ¿no?”

Ciao 4 now

~ Paulo ~

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