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Thursday, 3 September 2009

FORMENTERA STYLE

Noche de luna llena.

Pregunté a los huéspedes de la Finca Tatin si estarían interesados en ir a las Aguas Termales durante la noche, y varios me contestaron positivamente.

Con la cena en la barriguita, nos metimos en una lancha y despacito zarpamos hacia el rio principal. Justo saliendo del muelle, nos deparamos con un cielo súper repleto de estrellas mil y solamente escuchaba los huéspedes exclamar “¡Mira!” “Qué bonito” “Que precioso”.

Sabía que había elegido la noche ideal.

Llegando al sitio, fuimos al bar. “Cuatro Brahvas para mí.” “Dame una Gallo.” “One Orange Juice please.” “¿Tiene café?”

Con nuestras botellas en mano, tres israelís y yo, nos metimos a las Aguas Termales, Formentera Style: Desnudos.

Cuando era niño tenía vergüenza de meterme al agua en pelotas, pero algo cambio cuando cumplí los 16 años. Una hermosa tarde de mayo o junio, descubrí, por accidente, una playa naturalista en la isla de Madeira. Varias parejas caminaban por la arena negra, mientras otros bañistas estaban tumbados en sus toallas mirando el mar o leyendo sus libros. Me acuerdo que había gente de todo el tipo. Altos y rubios, bajos y gordos, delgados y peludos, calvos y atléticos. Todos juntos compartían un ideal, una ilusión: La de escapar la jungla urbana y poder estar en un sitio sin preconceptos, sin reglas, y principalmente sin vestimentas, sin trajes, sin zapatos apretados y sin corbatas. Me junté al grupo y a su forma de pensar. Muchos años después, estaba vacacionando en una playa de Almería, España, con una ex novia. Mientras explorábamos la zona en coche, pasamos por un letrero indicando que entrabamos a un resort de naturalistas. De pronto nos cruzamos a docenas de personas caminando hacia el mar o desde el hacia sus cabañas. Todos con grandes sonrisas y pelotas al aire, como si el simples hecho de desprenderse de sus ropas, les era suficiente para liberarles de todas sus ataduras con el mundo. Al largo de los siguientes años, siempre busqué playas parecidas y afortunadamente las encontré en varias localidades. En Ibiza, en Barcelona, en Waikiki, Tarragona, y principalmente en la isla de Formentera. Quizás, influenciados por la película Lucia y el Sexo rodada en la isla, o quizás buscando “algo mas”, lo cierto es que Jorgito, Mikelito y yo nos aventuramos a pasar varios días en sus hermosas costas. Desde el primer momento, nos juntamos a los cuatro gatos en las playas casi vacías y pasábamos nuestras vacaciones, Formentera Style: desnudos.

El fuerte olor a azufre invadió nuestras narinas, sin embargo, la temperatura del agua nos invitaba a quedarnos más tiempo. Los israelís me platicaron que habían estado en otras Aguas Termales pero la diferencia era que mientras las otras solían estar abarrotadas de gente, estas contaban con apenas cuatro usuarios: Nosotros.

Igual que Formentera.

No tengo mis amigos, Jorgito y Mikelito, conmigo, no obstante las memorias de las borracheras, de las risas, de las medusas, de los perros del manumission, de las fiestas de flower power, de las paellas en la Funda Pepe, de las duchas de 4 Euros, de las viejitas, esas siempre las llevo a todos los lados.

Ciao 4 now

~ Paulo ~

3 comments:

  1. d todo lo q has escrito en tu blog,est me a gustado mucho mucho principalment el ultimo parrafo...se nota q quieres monton a tus amigoches.....
    un besito d anonymous.....;)
    Juliana L.

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  2. tiooooooo, la verdad es que hemos compartido momentos increibles...q curioso, ahora tu estas en un sitio dnd yo estube hace 1 año, las aguas termales de las que hablas y recuerdo el fuerte olor a azufre, pero es un sitio maravilloso, un abrazo grandeeeeeeeeeeeeee
    jorge

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  3. Jorge,
    Me acuerdo cuando me narrabas tus viajecitos a Guate. Jamás pensé que dos años después yo estaría en estas tierras. ¡Qué fuerte!
    Juliana Cosa,
    Muchas gracias. Espero que no sea la última vez que te gusta mis párrafos…

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